Perspectivas

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jueves, 14 de septiembre de 2017

Sobre la viabilidad de una cesta de Monedas


En el marco de los anuncios en materia económica realizadas por el presidente Nicolás Maduro, el gobierno venezolano ha anunciado la creación de un sistema de adquisición de divisas mediante una cesta de monedas distintas al dólar estadounidense (USD). Esta medida se avisa en el marco de medidas que realiza el gobierno ante las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos y en el marco de una crisis de Balanza de Pagos que enfrenta Venezuela.
Para analizar la viabilidad de esta disposición, debemos profundizar acerca del contexto al cual nos referimos, por una parte, y conocer las bases teóricas y técnicas que soportan a un sistema de pagos internacionales, así como la adquisición de monedas en el mercado financiero mundial.
Consideraciones iniciales:
El sistema monetario venezolano ha venido manejándose con un estricto control de cambio que regula, tanto el precio de la moneda frente al dólar (USD), así como la asignación de montos, usos y destinos de moneda extranjera. Este control cambiario existe desde el año 2003 y ha evolucionado en varias formas, desde el original llamado CADIVI, hasta el sistema actual de cambio diferenciado llamados DIPRO (10 VEF/USD) y DICOM (entre 3.100 VEF/USD y 11.000 VEF/USD). La posibilidad de monopolizar el mercado interno de divisas ocurre por la capacidad de la autoridad monetaria (BCV) de administrar los recursos provenientes de la renta petrolera, o de la obligación de la estatal PDVSA de vender al BCV sus rentas, impuestos y utilidades. En Venezuela, el sector petrolero genera hasta el 97% de las divisas que ingresan por la balanza comercial.
Por otra parte, la principal característica del control de cambio es haber mantenido una sobrevaloración de la moneda nacional, lo que estimula el consumo de bienes importados, relativamente baratos, y desestimula la producción nacional para la exportación, relativamente cara. Esta característica impulsa a un exceso de demanda de divisas para la adquisición de bienes importados, generando escasez en el mercado cambiario, ante los recursos limitados que tiene el BCV en forma de Reservas Internacionales, y esto ha sido así desde el comienzo del control cambiario en el 2003. El deseo de divisas baratas (bienes relativamente baratos) es el principal problema del mercado cambiario venezolano.
Con respecto a las sanciones establecidas por Estados Unidos a través de Órdenes Ejecutivas establecidas en el mes de agosto, éstas están dirigidas a restringir la capacidad de financiamiento al gobierno, en forma de nuevas deudas, y limitar su participación en el mercado financiero norteamericano. Estas sanciones no limitan la capacidad de importación del país ya que permiten contraer deudas de corto plazo (30 a 90 días) en formas de cartas créditos o cualquier otro instrumento de pagos internacionales de corto plazo. La escaza capacidad de importación del gobierno está asociada a la escasez de divisas para adquirir bienes importados.
Las divisas y la aceptación:
Una divisa tiene como definición tener aceptación universal, así la divisa por excelencia es el Oro Monetario, como activo de reserva de todos los países del mundo. Luego, la aceptación de determinada moneda está vinculada al uso presente y preservación de valor futuro que pueda tener para el intercambio de bienes y otros activos. Yo acepto un Euro (EUR) como forma de pago por la confianza de saber que luego podré intercambiarla por otros bienes y/o servicios. La aceptación de una moneda de menor reconocimiento estará asociada a su capacidad comercial, así, la aceptación de un peso uruguayo (UYU) estará asociada a las expectativas de comercio que tenga con este país.
Este ha sido el principio para la formación de los Derechos Especiales de Giro (SDR), un activo financiero que sirve como unidad de cuenta y activo de reserva y que está conformado por las monedas más estables, y con mayor aceptación comercial a nivel mundial. Esta cesta de monedas está conformada por el Dólar americano (USD), el Euro europeo (EUR), el Yen japonés (JPY), y la Libra Esterlina británica (GBP). A partir de septiembre de 2016 la Yuan chino (CNY) también forma parte de la cesta de SDR en reconocimiento de la estabilidad de la economía de China y de su participación en el sistema comercial mundial.
Lo enunciado por el gobierno venezolano no apunta a la creación de un activo conformado por distintas monedas, sino en la intención de usar monedas distintas al USD como mecanismo de pagos internacionales de sus relaciones comerciales.
Ahora, con relación a los anuncios establecidos tanto por el Presidente Maduro, como por los demás personeros de gobierno, la intención de crear una cesta de divisas que esquive el uso del dólar como moneda referencial del comercio venezolano tiene como problema de aceptación, la capacidad comercial que se deriva del manejo de estas monedas. Un venezolano deseará adquirir una Rupia de la India (INR) en la medida que esta le sirva para adquirir bienes y servicios en la India, o bien pueda usarlo como mecanismo de pago para proveedores dispuestos a aceptar esta moneda como forma de pagos. Esta aceptación no parece tan automática como en aquellas monedas reconocidas mundialmente como divisas, y plantea un problema de liquidez, al momento de querer cambiar estas monedas por otro activo.
 La escasez de divisas:
El problema fundamental de la venta de divisas en Venezuela, (y en cualquier otro país) es la escasez de recursos. En el caso venezolano, la generación de divisas se ha apoyado en la actividad petrolera, pero, la administración del precio del bolívar de manera sobrevalorada, ha hecho que las exportaciones no tradicionales hayan caído y se haya exacerbado la dependencia a los ingresos petroleros. Por otra parte, el sesgo a la importación creó una espiral de deuda externa partir del año 2006, que reduce más los recursos presentes ya que se deben destinar más divisas para honrar pagos de préstamos adquiridos en el pasado.
Adicionalmente, la caída del precio del petróleo en los mercados mundiales a partir del segundo semestre del año 2014, han afectado los estados financieros de PDVSA y, por lo tanto, de la generación de ingresos de divisas al país. La caída de las Reservas Internacionales ha llegado al 77% de su valor más alto registrado (43.178 millones de USD Dic-2008) alcanzando el nivel más bajo en los últimos 30 años (9.816 millones de USD Sep-2017), lo que muestra la caída de recursos disponibles para las importaciones, (luego del pago de compromisos por servicio de deuda y amortización). (Fuente: Banco Central de Venezuela)
Con una escasez de divisas tan pronunciada, y con un cronograma de pagos tan ajustado, la única forma visible de que este mecanismo funcione es creando nuevas deudas, a partir de la formación de líneas de crédito comerciales con socios en los países involucrados. Así, la única forma que el BCV y el sistema venezolano venda Rupias, Rublos y/o Yuanes, es a partir del endeudamiento con esas naciones, para el consumo exclusivo de productos originarios de ellos mismos.